Corría el año 2019 y Francia se preparaba para ser el escenario de la Copa Mundial Femenina. Los días pasaron hasta que nuestras aguerridas seleccionadas pisaron el país galo y con ello, se comenzaría a escribir la historia de Chile en un mundial de fútbol femenino.
Llegó el 7 de junio y era momento de comenzar la tan esperada cita mundialista. El conjunto francés daba el puntapié inicial a la competición junto a Corea del sur y tras ellos, la serie de partidos que buscarían a las anheladas ganadoras.
Partido tras partido, la ansiedad por ver la participación de la selección chilena era mayor, hasta que el calendario marcó el 11 de junio. El encuentro contra Suecia nos dejaba un amargo sabor, el cual volvimos a vivir frente a las poderosas estadounidenses. Y así a una semana del debut chileno, llegó el partido más decisivo de todos, el que podía sentenciar el destino de Chile, el rival: Tailandia. Era un encuentro áspero, confuso, y hasta habíamos podido celebrar el primer gol de Chile en un certamen mundialista, no obstante, la alegría se diluyó cuando fue marcado como autogol de la portera tailandesa. Dulce y agraz eran las emociones, pero llegó la Cote.
Minuto 80 de partido y la delantera nacional de un potente cabezazo desconcertó a la portera rival, convirtiéndose en la histórica jugadora que anotó el segundo gol mundialista y la primera seleccionada chilena en marcar un gol en un mundial femenino. El sabor amargo de no poder clasificar a segunda ronda estuvo presente, sin embargo, la Cote Urrutia nos hizo gritar ese gol como nunca antes.
No logramos el paso, pero nuestra Cote marcó la historia con ese tanto, el cual le valió ser elegida por la FIFA como la jugadora del partido.

NOSOTRAS, LA CANCHA… Y EL RESTO ES HISTORIA…

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